Santiago Miralles, el niño de seis años que fue secuestrado y asesinado hace 17 años por la familia de un amigo y que sigue conmocionando la comunidad argentina que exige justicia, ya que los autores, que habían sido condenados a cadena perpetua, están en libertad, luego que la justicia redujera la pena.

El suceso se registró el 16 de julio de 2005 en Cannign, Provincia de Buenos Aires, cuando Santiago, que en ese momento tenía seis años, fue visto por última vez cuando que jugaba en el patio de su casa con un amiguito, hijo menor de su vecino.

Luego fue hallado sin vida a 50 metros de la casa donde vivía, justo en la cámara séptica del padre de su amigo y con una caja de cerámicos atada alrededor de su cuerpo.

Tras el hallazgo y levantamiento del cadáver por parte de medicina forense, la  autopsia reveló que Santiago Miralles fue golpeado dos veces en la cabeza, luego sumergido inconsciente, pero todavía vivo, en el pozo ciego.

Las autoridades capturaron a Enrique Eloy Coito Piriz y Ana Isabel Machado Vargas; el hijo de estos, Henry Alexander Coito Machado, y su padrino, Abel Domínguez Farias, quienes en 2008 fueron capturados y condenados a cadena perpetua.

Durante el juicio, cuatro acusados admitieron su responsabilidad en el crimen y el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, los condenó en 2008 a la pena de prisión perpetua.

Sin embargo, en 2012, la Cámara de Casación Penal revisó la sentencia y les redujo la pena y fueron liberados tiempo más tarde.

Los presuntos responsables del crimen sentados en el Tribunal

Testimonio del padre

Al respecto, Walter Miralles, padre de la víctima, manifestó a TN Policiales de Argentina, tras conocer que está libres los agresores de su hijo, que "no se merecen seguir vivos”.

Recordó que la última vez que lo miró le dijo: Hijo, papá va al chapista (mecánico) y vuelve”.  Esa fría tarde, Walter salió de su casa rumbo a un taller mecánico.

No habían pasado ni 24 horas, cuando la familia del pequeño recibió una llamada. “No quiero policías ni prensa, prepará 20 (mil) 'lucas' (pesos) para mañana si querés volver a ver al nene”.

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Sin embargo, dos días después de haber iniciado las pláticas con los secuestradores, el infante fue hallado muerte.

Santi un niño feliz

Santiago Miralles era un niño muy feliz, así lo describe su padre.

“Santi era un chico muy feliz, muy maduro. Le gustaba ir al colegio, estaba en primer grado", contó.

Agregó que  “los asesinos eran nuestros vecinos: el matrimonio, el hijo mayor de la pareja y su padrino. Eran personas normales, tenían un nene de la misma edad de Santi que venía todos los días a casa a jugar”.

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