Las elecciones presidenciales que se realizarán en algunos días en Estados Unidos tienen repercusiones directas sobre Honduras, en tanto el triunfo de los republicanos o de los demócratas genera expectativas en materia migratoria y en las relaciones comerciales y políticas de nuestro país con la potencia del norte.

El doctor Eduardo Gamarra, director del Departamento de Política de la Universidad de La Florida, sostuvo que Honduras –como parte de América Latina- ocupa un espacio cada vez más reducido en la agenda de prioridades de Estados Unidos; en consecuencia, en el discurso del actual mandatario Donald Trump y del ex vicepresidente, JoeBiden.

Gamarra analizó que la forma en que Estados Unidos articula su política exterior es sumamente compleja. En algunos momentos América Latina ha cobrado importancia cuando han surgido espinosos temas como el narcotráfico y el combate al comunismo.

En estos momentos la Unión Americana está viendo hacia dentro. Mientas América Latina no sea una amenaza para su seguridad, el bloque no ocupará un sitio de primer orden para el Gobierno de Estados Unidos.

En esa misma línea de pensamiento, el analista político Wadi Gaitán, manifestó que, al final del día, los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos no han tenido la intención de sumar los temas de los emigrantes en sus propuestas, sino que se han enfocado en los asuntos de la economía local y de la emergencia sanitaria.

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¿Quién le conviene a Honduras que gane la Presidencia de Estados Unidos? Gaitán, invitado especial a Foros HRN-TSi opinó que ello depende del ángulo desde el cual sea visto el escenario.

Se diría que si Trump es capaz de retornar la economía al punto en que se encontraba antes del covid, la economía hondureña puede salir beneficiada, puesto que en un 30 por ciento está sostenida por las remesas que envían los emigrantes.

Y desde la dimensión migratoria, se destaca que Biden ha planteado reformas que abrirían oportunidades de empleo para los hondureños que busquen mejores oportunidades de vida.El vicepresidente de la administración Obama ya clara su política exterior hacia América Latina: mano tendida a la Argentina Brasil, presión redoblada sobre Venezuela y una inversión conjunta con México para desarrollar Centroamérica y calmar el flujo migratorio.

El ex canciller de Honduras, Leónidas Rosa Bautista, señaló –de su lado- que el análisis de las relaciones de América Latina con Estados Unidos lleva a concluir que ha sido una cuestión de “amor y odio”, de extremos entre “la derecha y la izquierda”.

Para el ex embajador de Honduras ante la Organización de Estados Americanos, se necesitan liderazgos fuertes que centren sus esfuerzos en los temas de siempre: seguridad, justicia, democracia y desarrollo que son los que han afectado la vida de los pueblos latinoamericanos.

En el caso de Honduras, es verdad que si no hay unidad interna para plantear una posición ante Los Estados Unidos o si no existe claridad sobre el tipo de vínculos que el país espera entablar, no va a pasar nada, menos sino es elaborado un “proyecto de nación”.

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El ex ministro Rosa Bautista coincidió en que no importa mucho si gana Trump o Biden, lo que sí es válido es que se ofrezca a los hondureños mejores condiciones de vida. Se trata de asumir una conducta lineal a favor de derechos humanos, de la igualdad, de la justicia social y no de “discursos hipócritas de derecha o de izquierda”.

La apuesta es dar una mirada hacia el interior, independientemente de la visión económica, comercial, migratoria o política con que sean planteadas las relaciones con Estados Unidos en un mundo cambiante como el de hoy.

¿Qué le conviene más a Honduras y, en general, a América Latina? Para la periodista mexicana, Paulina Sodi, la respuesta es indeterminada. Textualmente expuso: “No podemos ser tajantes en afirmar que conviene que Trump o que Biden ganen las elecciones para garantizar el bienestar de los emigrantes”. Los latinos estarán bien si la economía de Estados Unidos muestra señales de salud.

Volviendo a lo que compete a Honduras, lo concluyente es que el país debe privilegiar la construcción de su desarrollo y del bienestar de su población. América Latina, incluido Honduras, no puede aspirar a ocupar una primera línea de prioridades en la agenda estadounidense, más allá de los vínculos migratorios, económicos, políticos y de seguridad que convengan a la Unión Americana.