Para los exponentes del poder popular, todos los señalamientos expuestos por miembros de la Cámara Baja en torno a la instalación de un gobierno socialista en nuestro país son parte de una campaña de desprestigio de nuestro país y una violación a los principios de soberanía y de autodeterminación de los pueblos.

Y es que los congresistas estadounidenses nos han alertado a los hondureños a no creer ni a caer en la trampa de las ideologías sembradas por Fidel Castro y Hugo Chávez.

Éstas son, justamente, las tendencias de izquierda con las que comulga el gobierno del Poder Popular para su proyecto de refundación de Honduras.

Aunque los defensores a ultranza del llamado “Gobierno del socialismo democrático” no les den crédito a las advertencias de la Cámara Baja de Estados Unidos, organismos de la sociedad civil concuerdan en que –ciertamente- nuestro país se ha convertido en un hervidero en el que unos se rasgan las vestiduras en nombre de las causas de la derecha, y otros se baten en posturas de izquierda.

¿No es muy sesgado que el alto mando del Gobierno de Libre condene en todas sus partes el informe rendido por la Cámara Baja y que consideren que los congresistas cuestionadores se han prestado al juego del bloque político que adversa a la gestión Castro?

Los sectores internos que se dedican a escrutar la actividad nacional piensan que Sí y están de acuerdo con que todas las valoraciones de la Cámara de Representantes sean objeto de una reflexión en torno a cómo aparece nuestro país “bajo la lupa” de los congresistas norteamericanos.

¿No deberían ser tomadas las preocupaciones de los representantes de Estados Unidos acerca del debilitamiento del Estado de Derecho de Honduras como un punto de debate entre los gobernantes y los demás actores de nuestra precaria democracia?

Tendría que ser así. Nuestra institucionalidad ha caído en un deterioro tal que tal parece que ya no es posible encontrar espacios de diálogo para alcanzar mínimos consensos.

Los politólogos locales nos han advertido una y otra vez que la independencia de los Poderes del Estado no existe, la parálisis de la Cámara Legislativa es el producto del capricho de los partidos políticos y el choque ideológico está alcanzando mayores riesgos.

¿Debemos escuchar o prestar oídos sordos a la advertencia lanzada por un grupo influente de congresistas de Estados Unidos para que los hondureños exijamos un mejor destino y que digamos ¡No a los corruptos, No a las ideologías socialistas!?

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