Entre lágrimas, compañeros de la Dirección Policial Antimaras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco) llegaron hasta el oriente del país para despedir a su compañero, Julio Cáceres S´ánchez, de 27 años de edad, que fue asesinado en cumplimiento del deber, cuando participaba en un operativo.

El cuerpo del hondureño fue recibido en el barrio Leal, donde estaba su familia esperando para darle el último adiós.

Su familia lo recuerda como un buen hombre dedicado a trabajar, que ayudaba a quienes le pedían ayuda.

"Yo trabajo en la agricultura y él siembre me andaba, era un hombre de familia y cuando venía al pueblo le daba tiempo de calidad a los cipotes", dijo el padre, con identidad anónima, a diario El Heraldo.

También expresó: "Desde pequeño mi hijo sentía el deseo de pertenecer a la Policía Nacional y con esfuerzo y sacrificio lo sacamos adelante".

Miembros de la Dipampco dieron el último adiós al subinspector. Foto: El Heraldo
El cuerpo fue llevado a su natal municipio de Yuscarán, en El Paraíso, oriente de Honduras. Foto: El Heraldo

El crimen

Un enfrentamiento entre policías y supuestos pandilleros del Bario 18, el 21 de mayo, en la colonia Buenas Nuevas de Comayagüela, desató un tiroteo que acabó con la vida del subinspector Julio Ernesto Cáceres.

Los criminales al notar presencia policial empezaron a disparar y una bala cayó en el cuerpo del subinspector que quedó tendido en medio de la calle.

Tras la muerte de Julio operativos se intensificaron en la zona, y se logró capturar a cinco presuntos pandilleros involucrados en el crimen.

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