Las zonas especiales se han constituido en un "callejón sin salida" para los que están a favor y quienes se encuentran en contra de ese modelo.

Hay dos preguntas, cuyas respuestas son extremas: ¿Representan las ZEDE una aberración jurídica? ¿Son una ruta para convertir a Honduras en un polo de desarrollo económico de Centroamérica al abrir sus puertas a los mercados mundiales con reglas altamente competitivas, estables y transparentes?

Las Zonas Especiales de Empleo y Desarrollo Económico son ilegales. Esa afirmación ha sido reiterada por el cuerpo de asesores legales de la empresa privada.

Es un esquema que se fundamenta en los mismos objetivos de la antigua propuesta de las "Charter Cities", y que son calificadas por economistas como "un adefesio y un insulto para los hondureños", al tiempo que han avizorado que ningún inversionista serio estará interesado en arriesgar su capital para hacer negocio en las regiones especiales.

A los señalamientos de que el esquema de las ZEDE es "populista", "inconstitucional" y "violatorio de la soberanía", los defensores del Gobierno aseveran que la normativa persigue el repunte de la economía y la movilidad social de la población.

En el seno de los alcaldes también se ha creado un cisma entre los ediles. Quienes se oponen a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico lo hacen con finalidades político-sectarias, opina un segmento de jefes edilicios.

Otro segmento de funcionarios de los gobiernos locales se han plantado y anunciado que no van a permitir la implantación de un Estado dentro de un Estado.

Un sector de políticos en la oposición han condenado que durante una década ha habido una intención de vender modelos que son lesivos para los intereses del país como las "Ciudades Modelo", las "Alianzas Público-Privadas" y ahora las ZEDE que finalmente han sido aprobadas.

Los criterios en torno a las Zonas Especiales son polarizadas y llevan a preguntar: ¿Son una gran oportunidad para el país, donde hay mucha necesidad de empleo? ¿Es cierto que cada una de las ZEDE puede generar una inversión inicial de 100 millones de dólares?

Honduras jamás había enfrentado tales indicadores de derrumbe en la economía, en las condicione sociales de la población, corrupción, impunidad, inseguridad jurídica e inestabilidad política.

Actualmente están en ejecución los proyectos Orquídea, en San Marcos de Colón, Choluteca; Ciudad Morazán, en Choloma, Cortés; y Próspera, en Roatán, Islas de la Bahía.

¿No son las ZEDE un reflejo de la debilidad institucional, erosión del Estado de Derecho y, en general, un modelo que es puesto en el centro de la tormenta política y de la crisis que vive el país?

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