Honduras se endeuda a niveles insostenibles con la excusa de cubrir necesidades derivadas de la pandemia, un extremo sobre el que han llamado a reflexión los especialistas en economía y finanzas.

Diversos sectores han cuestionado el decreto aprobado por el Congreso Nacional que autoriza al Poder Ejecutivo para que, a través de la Secretaría de Finanzas, emita bonos soberanos en el mercado internacional de capitales hasta por un monto de 850 millones de dólares.

Un comunicado del Poder Legislativo explica que estos recursos serán destinados a financiar las asignaciones que se establezcan en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Ejercicio Fiscal 2021; es decir, el pago de deuda flotante y otros requerimientos que fueran necesarios para cubrir el déficit fiscal.

Asimismo, se garantizará el bienestar de la población hondureña para atender los apuros creados por la emergencia del covid-19, añade el texto emitido por la Cámara Legislativa.

A juicio de estudiosos de las finanzas la aprobación de un bono soberano por 850 millones de dólares por parte del Congreso Nacional constituye una carga más que el pueblo tendrá que pagar. No descartan los sectores críticos que tales recursos terminarán por ser empleados para el financiamiento de la campaña política del partido en el poder.

Apenas en mayo, se había autorizado la colocación de bonos por un monto de 600 millones de dólares, con el fin de realizar el pago de algunos pasivos de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).

Se recuerda que las autoridades de la Secretaría de Finanzas en ese momento, expusieron que se trataba de una modificación de un decreto que había recibido luz verde a finales de 2019 por 900 millones de dólares.

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En septiembre de 2019, Honduras había recurrido al mismo mecanismo de endeudamiento. Los funcionarios confirmaron en ese entonces la puesta en oferta de 700 millones de dólares.

De este paquete, 300 millones de dólares correspondían a un bono soberano con vencimiento en 2020 y otros 400 millones que estaban reservados para reestructurar la deuda de la ENEE.

La proposición de estos instrumentos representa una atadura para el país, ya que reduce la existencia de fondos inmediatos dirigidos ala inversión en los renglones esenciales y vuelve más estrechas las posibilidades de satisfacer las demandas de la población.

Los entendidos en finanzas señalan que el endeudamiento público rondará los 16 mil millones de dólares el próximo. Anualmente Honduras destina una alta suma de alrededor de 40 mil millones de lempiras para honrar el servicio de la deuda.

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