Honduras urge de la construcción de un pacto fiscal para hacerle frente a la emergencia, sostienen los estudiosos de las finanzas y las perspectivas de desarrollo económico de Honduras.
Los funcionarios del gobierno anterior y las autoridades de la presente gestión están "jugando con las finanzas del país", han reprochado economistas abordados por HRN.
Y es que unos y otros dicen hablar con la verdad en cuanto al manejo de los recursos públicos, las transferencias de la Tesorería, el pago de sueldos y salarios y otras acciones vinculantes.
Funcionarios que desempeñaron responsabilidades en la administración pasada insisten en que las arcas no quedaron "en cero" y que, al corte de la semana pasada, la cantidad disponible en caja era de más de 15,000 millones.
Los integrantes del Gabinete Económico en el período gubernamental que recién clausuró, aseguran que la Comisión de Transición recibió toda la información sobre el estado de la hacienda, por lo que no entienden por qué la ministra Rixi Moncada y su equipo han denunciado que las cifras "fueron maquilladas".
¿Recibió o no toda la información la secretaria Moncada? ¿Dónde están las contradicciones en la interpretación de los datos? A juicio de los conocedores es necesario que los hondureños sepan la verdad sobre el manejo de las finanzas, buscar a los responsables y actuar de inmediato.
Guerra de cifras fiscales
En un punto coinciden los analistas: Al margen de "la guerra de las cifras" relacionadas con las finanzas, el nuevo Gobierno debe encaminar sus pasos hacia un "pacto fiscal", un planteamiento que se ha formulado en todas las administraciones gubernamentales, pero que siempre quedó "sepultado".
Un balance fiscal es una condición sin la cual no es posible tener orden en la hacienda hondureña, muy presionada por el alto endeudamiento y el gasto improductivo, además de la distribución inequitativa de los recursos.
Los analistas, principalmente los versados en economía y finanzas concuerdan en que Honduras no tiene un plan de contingencias para reencauzar al país y reactivar su corazón productivo.
La respuesta a la crisis de Honduras pasa por un reordenamiento de las finanzas, lo que implica una reducción del tamaño del gobierno, la disminución de los gastos y la distribución más justa y equitativa de los magros recursos con los que cuenta el país.
