Hay indicios que las fatalidades por covid podrían ir en espiral y de manera inmoderada si no se realizan las enmiendas para salir al paso de las debilidades del sistema sanitario del sector público.

Solo en los últimos tres días más de veinte pacientes infectados por el nuevo virus perdieron la vida en el Distrito Central y en San Pedro Sula. Entre el sábado, domingo y ayer lunes, una decena de contagiados murieron en El Tórax, mientras que en el Hospital Escuela, siempre en la capital, fallecieron tres personas y en el Seguro Social se reportó una fatalidad.

En San Pedro Sula, autoridades del Hospital Leonardo Martínez señalaron que siete pacientes expiraron a causa del nuevo virus entre el viernes 18 y el domingo 20 de septiembre.

En ese mismo establecimiento asistencial se ha advertido sobre un inconveniente que hay que solventar cuanto antes: No hay médicos intensivistas para abordar a los enfermos en estado crítico que, sin el oportuno acompañamiento, tienen mayores probabilidades de morir.

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De acuerdo con los datos recabados e interpretados por la Secretaría de Salud, la proporción mensual de muertes está repartida en 0.53 por ciento en marzo; 3.1 en abril; 6.5 en mayo; 13.6 en junio; 40.2 en julio; 25.6 en agosto; y 10.2 por ciento en la primera quincena de septiembre.

El recuento presentado por el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), detalla que, hasta el 20 de septiembre, Honduras sumaba 2,184 muertos a nivel nacional y tenía una tasa de letalidad de tres por cada cien personas diagnosticadas con covid.

Un análisis llevado a cabo por un grupo de médicos que dan seguimiento a la evolución de la pandemia en el país, resalta que Colón y Atlántida constituyen, en su conjunto, el 40 por ciento de los decesos causados por el nuevo virus a nivel nacional.

La prevalencia de la mortalidad en esos departamentos se ha incrementado en los últimos 10 días y también se ha notado una elevación progresiva de los fallecimientos en las zonas rurales.

El mayor número de pacientes que han caído ante el covid está en Cortés, con más de 700 víctimas; Francisco Morazán, que sobrepasa los 600 muertos; y Atlántida, con 138 bajas, hasta el 20 de septiembre.

Figuran, en seguida, Comayagua y Olancho, ambos con un recuento de 86 fallecidos por el nuevo virus; Colón, que acumula 84 decesos; y El Paraíso donde 82 personas han perdido la vida en la presente pandemia.

Cuando se relaciona el número de muertos con la totalidad de casos activos en cada departamento se obtiene que Colón, Olancho, Valle, La Paz, Comayagua, Intibucá, Lempira, Ocotepeque, Copán y Santa Bárbara, tienen los municipios con la tasa más alta de letalidad.

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En Colón, sobresale el término de Santa Rosa de Aguán; y en Olancho, Dulce Nombre de Culmí, Patuca, San Francisco de la Paz, Guata y Guarizama.

Goascorán, en Valle; y San Antonio del Norte, Aguanqueterique, Opatoro y Cane en La Paz, presentan una significativa relación de mortalidad por covid.

Lo mismo ocurre en La Maní, Villa de San Antonio y Ajuterique en Comayagua; Camasca, San Juan, San Isidroy Yamaranguila, en Intibucá; Candelaria, Lepaera, La Unión, La Iguala en Lempira; y en Sensenti y Concepción en Ocotepeque.

El saldo trágico por covides también incisivo en San Francisco de Ojuera, San José de Colinas, San Nicolás, El Níspero y Protección en Santa Bárbara.

En Copán, el balance fatal de la pandemia se muestra en los comprendidos de San Antonio, San Nicolás, Florida, Trinidad, Nueva Arcadia, Concepción, Dulce Nombre y La Unión.

La apertura de la economía y la ampliación de los sectores que pueden movilizarse en esta nueva etapa, son factores de riesgo que los especialistas demandan estudiar con detenimiento para contener una segunda ola con repercusiones fatales.