La construcción de una democracia participativa, la profundización del Estado de Derecho y la transparencia de los procesos de consulta, son los retos a los que se enfrenta el país en las elecciones primarias de este domingo.

Los analistas de la realidad política nacional son del parecer que la democracia y su expresión electoral es esencial para garantizar la paz social y la convivencia y el hecho que no se hayan aprobado antes de los comicios primarios ha hecho que este proceso se haya caracterizado por la incertidumbre.

Los entendidos en el quehacer político advierten que después de la jornada de este domingo puede sobrevenir un conflicto que se extendería después de las elecciones generales de noviembre.

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Desde el punto de vista de politólogos locales, Honduras debería de apostarle a la segunda vuelta, un tema sobre el que no se ha llegado a un acuerdo por las posiciones tan distanciadas de los líderes y dirigentes de los partidos políticos.

Como se sabe, alrededor de dicha figura se han generado acaloradas discusiones e interminables debates. Los sectores que propugnan por la segunda ronda insisten en que esta expresión democrática permitiría revestir de mayor autenticidad los procesos políticos en Honduras, donde los índices de ausentismo son muy altos y donde el cargo de Presidente ha sido elegido con menos del 30 por ciento del apoyo de los ciudadanos.

La aspiración de los hondureños es que tanto las elecciones primarias del 14 de marzo como las justas generales que tendrán lugar el último domingo de noviembre, sean el reflejo del reclamo de las mayorías.

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