Los abogados y politólogos abordados por HRN concluyen que Honduras ha sido proyectado como un narco-Estado.
Los traficantes de droga han financiado campañas, sobornado funcionarios electorales y planificado crímenes sensibles como los del “zar antidrogas”, Julián Arístides González, y del asesor en seguridad, Alfredo Landaverde, tal y como lo han confesado en la Corte de Nueva York.
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En cuatro días que lleva el juicio a Hernández, han sido interrogados los testigos José Sánchez, “el contador”; el exalcalde de El Paraíso, Copán; y el agente Miguel Reynoso.
Como es sabido, el exgobernante se enfrenta a la justicia de Estados Unidos, acusado de haber integrado una red violenta de crimen organizado y de haber conspirado para introducir drogas en aquel país del norte, valiéndose de los altos cargos que ostentó.
La Fiscalía ha presentado el testimonio de testigos y presentado fotografías, pero se espera que en los próximos días introduzca documentos, grabaciones de video o audio, o cualquier otra que el juez considere admisible.
De su lado, los representantes legales de Hernández han expuestos sus argumentos y objetado algunas de las preguntas o intervenciones de la Fiscalía.
En la etapa final de este proceso, a defensa y la parte acusadora brindarán declaraciones o argumentos al jurado. Tras los argumentos de cierre, el juez instruirá al jurado en cuanto a las leyes relevantes y éste se va a retirar para deliberar y emitir su veredicto de inocencia o culpabilidad.
El juicio que se lleva a cabo en Estados Unidos es un capítulo oscuro de la historia de Honduras, las instituciones, la democracia y el Estado de Derecho.
Es el relato de narcotraficantes que presentan al país como un “narco-Estado” donde prevalecen la corrupción y la impunidad, y donde ha fracasado el sistema de justicia en el combate al crimen organizado.
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