En la actual emergencia por lo menos dos mil millones de lempiras han sido mal empleados, desviados o defraudados por Inversiones Estratégicas de Honduras (Invest-H).

La cuestionada institución, bajo la gestión de su ex director, Marco Bográn, fue la encargada de la adquisición de ventiladores para pacientes graves por covid, mascarillas, hospitales móviles y pruebas PCR para la detección del nuevo virus.

Todas estas operaciones tienen ribetes de escándalo, porque son compras sobrevaloradas, irregulares y, en general, con indicios de negligencia y corrupción.

La Fiscalía, en su intervención inmediata, le sigue la pista al caso de 250 mil pruebas de diagnóstico del nuevo virus que se arruinaron por puro descuido y otras anomalías.

El Ministerio Público ha llamado a personeros de Inversiones Estratégicas para que rindan declaración sobre la compra de tales muestras, en tanto los interventores de la institución y funcionarios de la Secretaría de Salud son señalados por no haber hecho pública a tiempo tal expediente desafortunado.

Organizaciones que lideran la lucha contra la corrupción condenan que todavía no se haya deducido responsabilidad a los implicados en la compra de las pruebas PCR por un valor de 46 millones de lempiras que ya no podrán ser recuperados.

Está pendiente de ser desentrañada toda la maraña de los hospitales móviles, en cuya contratación hubo una sobrevaloración de 350 millones de lempiras y un gasto total de más de 1,200 millones de lempiras.

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Dos de estas estructuras, como es conocido, están a punto de entrar en operación y los otros cinco se supone que llegarán al país a finales de septiembre.

Otra de las contaminadas compras que se atribuyen a la responsabilidad de Bográn es la de los ventiladores mecánicos que son conectados a los pacientes covid en estado crítico.

En la segunda mitad de junio, el Consejo Nacional Anticorrupción denunció irregularidades en la adquisición de tales aparatos negociados con tres sociedades que recibieron por adelantado el 80 por ciento de la suma pactada de 600 millones de lempiras.

En esta operación fueron desestimadas las ofertas de otros proveedores que ofrecían mejores precios, marca, calidad y garantía, señaló en su tiempo el estudio de Consejo Nacional Anticorrupción.

Un episodio oscuro más: Para atender la pandemia y contener la propagación del nuevo virus, fueron adquiridos 800 mil cubre bocas que no reunían los criterios de calidad requeridos para la protección del personal hospitalario.

Miles de estos insumos no estaban certificados para protegerse de una infección por la peste, según concluyó el informe llamado “Corrupción en Tiempos de Covid”.

En suma, un estimado de 2 mil millones de lempiras fue manejado en los rubros a que se ha hecho referencia por parte de Inversiones Estratégicas en la presente urgencia y que resultó en menoscabo del pueblo hondureño, ya que son fondos mal utilizados o defraudados, e incluso tomados –en un porcentaje significativo- por los corruptos.

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