Las elecciones presidenciales que se realizarán en algunos días en Estados Unidos tienen repercusiones directas sobre Honduras, en tanto el triunfo de los republicanos o de los demócratas genera expectativas en materia migratoria y en las relaciones comerciales y políticas de nuestro país con la potencia del norte.

Es conocido que Honduras –como parte de América Latina- ocupa un espacio cada vez más reducido en la agenda de prioridades de Estados Unidos y, desde luego, en los discursos de los contendientes: el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden.

Al final del día, los candidatos a la Presidencia de Estados Unidos no han tenido la intención de sumar los temas de los emigrantes en sus propuestas, sino que se han enfocado en los asuntos de la economía local y de la emergencia sanitaria.

¿Quién le conviene a Honduras que gane la Presidencia de Estados Unidos? Los analistas coinciden en que si Trump es capaz de retornar la economía al punto en que se encontraba antes del Covid, Honduras puede salir beneficiado, puesto que el aparato productivo nacional está sostenida en un 30 por ciento por las remesas que envían los emigrantes.

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Y desde la dimensión migratoria, se destaca que Biden ha planteado reformas que abrirían oportunidades de empleo para los hondureños que busquen mejores oportunidades de vida.El vicepresidente de la administración Obama ya clara su política exterior hacia América Latina: mano tendida a la Argentina Brasil, presión redoblada sobre Venezuela y una inversión conjunta con México para desarrollar Centroamérica y calmar el flujo migratorio.

Indistintamente de quien resulta ser victorioso en los comicios de mañana, los países que más exportan su gente hacia el norte, particularmente Honduras, necesita liderazgos fuertes que centren sus esfuerzos en los temas de siempre: seguridad, justicia, democracia y desarrollo que son los que han afectado la vida de los pueblos latinoamericanos.

En el caso de Honduras, es verdad que si no hay unidad interna para plantear una posición ante Los Estados Unidos o si no existe claridad sobre el tipo de vínculos que el país espera entablar, no va a pasar nada, menos sino es elaborado un “proyecto de nación”.

Los politólogos han reiterado que no importa mucho si gana Trump o Biden, lo que sí es válido es que se ofrezca a los hondureños mejores condiciones de vida. Se trata de asumir una conducta lineal a favor de derechos humanos, de la igualdad, de la justicia social y no de “discursos ideologizados”.

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La apuesta es dar una mirada hacia el interior, independientemente de la visión económica, comercial, migratoria o política con que sean planteadas las relaciones con Estados Unidos en un mundo cambiante como el de hoy.

Lo concluyente es que el país debe privilegiar la construcción de su desarrollo y del bienestar de su población. Honduras, no puede aspirar a ocupar una primera línea de prioridades en la agenda estadounidense, más allá de los vínculos migratorios, económicos, políticos y de seguridad que convengan a la Unión Americana.