Practique el autocuidado radical

La mejor manera de ser un miembro valioso y reflexivo del equipo es ser disciplinado sobre su propio bienestar (su bienestar físico, emocional y mental). Un punto de partida para practicar el autocuidado en el trabajo es comprender y gestionar su carga de trabajo para que tanto usted como su superior tengan una idea clara de sus prioridades. Esto puede ayudarle a establecer límites cuando sea necesario.

Tal vez esto consista en no responder a correos electrónicos no urgentes fuera del horario laboral tradicional o pedirle a su gerente que lo ayude a organizar su lista de tareas pendientes para concentrarse en las tareas más importantes.

Tomarse un tiempo para usted, antes de agotarse, es esencial para el cuidado personal y para su capacidad de mostrar amabilidad hacia los demás.

Haga su trabajo

¿Qué sucede cuando habitualmente llega tarde o no completa tareas integrales de su puesto? Por lo general, otros tendrán que asumir el trabajo que usted no pudo completar, lo que genera ansiedad, estrés o frustración para todos.

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Por lo tanto, comience por llegar a tiempo y hacer su trabajo lo mejor que pueda.
También es importante encontrar formas de responsabilizarse. Intente establecer microobjetivos para avanzar diariamente hacia sus objetivos más amplios.

Estos son objetivos pequeños y específicos que actúan como peldaños y lo acercan más a la línea de meta. Puede usar listas diarias para realizar un seguimiento de su progreso y también solicitar retroalimentación de su gerente y colegas sobre cómo ven sus contribuciones.

Acérquese con intención

Con el trabajo remoto, las conexiones sociales no siempre ocurren de manera tan orgánica como antes. Por lo tanto, debemos ser intencionales sobre su establecimiento y mantenimiento.

Haga planes para reunirse virtualmente o, mejor aún, en persona con sus colegas. Lo más importante es practicar la escucha activa. Puede hacerlo repitiendo lo que le dicen en sus propias palabras o haciendo preguntas reflexivas de seguimiento.

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Cuando a alguien se le muestra ese cuidado, es más probable que se lo brinde a los demás, fomentando aún más una cultura de amabilidad.

Reconozca y sea agradecido con las personas

Cuando los miembros de su equipo ven cómo usted interactúa activamente con ellos, fomenta un sentido de atención y empatía que puede ayudar a personificar la amabilidad en el lugar de trabajo.

Comience por elogiar auténticamente a sus colegas. Una forma de hacerlo es centrándose en los logros recientes de una persona que realmente le han impresionado. La investigación respalda esto.

El cerebro procesa afirmaciones verbales de manera similar a las recompensas financieras, y los elogios y la gratitud hacen que las personas se sientan valoradas, y que aumenten su moral.

Sea concienzudo con sus comentarios

Cuando conozca más profundamente a sus compañeros de equipo, también podrá comprender mejor cómo ofrecerles comentarios honestos y constructivos. La próxima vez que le pidan su opinión sobre el trabajo de alguien, sea honesto, pero céntrese tanto en los aspectos positivos como en lo que cree que podría mejorarse.

Comience con lo que le gusta de su trabajo y lo que funciona bien, luego haga la transición a cualquier área que crea que podría necesitar más trabajo. Cada comentario puede reforzar su creencia en las habilidades de alguien, incluso si el comentario es crítico.

Demostrar que se preocupa por el mejoramiento de su compañero de trabajo es amable.

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