A menos que en las próximas horas lleguen a un acuerdo con el Gobierno, los transportistas se preparan para asestar un golpe a los usuarios.
Desde el jueves anunciaron un alza de tres lempiras en el pasaje. Tal como lo explicaron los dirigentes del rubro, en abril convinieron con el Instituto de Transporte Terrestre que, pasados seis meses, el Gobierno iba a buscar un mecanismo de compensación a los usuarios y los operadores ajustarían el costo del servicio.
En abril de este año, el Gobierno autorizó una subida de siete centavos por cada kilómetro recorrido en las rutas interurbanas, un aumento de cinco lempiras en el boleto de los taxis y un alza de tres lempiras en la modalidad urbana.
Los funcionarios del sector transporte amenazaron con aplicar sanciones a los operadores que unilateralmente cobren tres lempiras más en el pasaje.
Datos proporcionados por el Gobierno Central detallan que hace tres meses fueron desembolsados 68 millones de lempiras y desde el jueves pasado se inició el pago de 200 millones, de tal manera que, al final de este año, se habrá entregado a los transportistas unos 300 millones.
Los pasajeros han exclamado que no aguantarían un trancazo más a su bolsillo. Sus ingresos son estáticos y con menor valor, dado que el costo de los alimentos y de los servicios públicos se ha encarecido fuera de lo racional.
La canasta básica ha subido alrededor de 2,000 lempiras en un año, al pasar de 9,000 a 11,000 lempiras, un movimiento influenciado por la volatilidad de los combustibles que acumulan alzas de entre seis y 28 lempiras.
La subida en el valor de la canasta básica y de los derivados del crudo provoca un agujero en el bolsillo de la mayoría de la población que apenas recibe el salario mínimo y una perforación mayor entre los hondureños que no tienen empleo y que viven en pobreza.
El informe del Banco Central correspondiente a octubre, destaca una inflación acumulada de 8.33 y una interanual de 10.18 por ciento, lo que se explica por explicada por un comportamiento alcista de 0.43 por ciento en los alimentos, de 0.06 por ciento en los combustibles y de 0.05 por ciento en el servicio de transporte.
Los versados en economía y finanzas convienen en que uno de los desafíos más grandes del Gobierno es contener la inflación y adoptar medidas para responder a los riesgos de una desaceleración o recesión económica.
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