"Han matado la carne, pero no el espíritu, él está en el cielo gozando de la mansión celestial". Es la fe que conforta a la madre del sacerdote Enrique Vásquez, aunque reconoció que nada será igual con la ausencia de su hijo asesinado el pasado 2 de marzo en el norte de Honduras.

La mamá del padre Quique se dirigió a los presentes en la misa por el eterno descanso del alma del religioso en la Catedral San Pedro Apóstol de San Pedro Sula, Cortés.

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La señora se mostró fuerte pero hubo un momento en que lloró y dijo que le costará superar la pérdida de su hijo, pero confía en que lo logrará.

Entre lágrimas recordó que fue lo que hizo después que recibió la noticia de que el padre Enrique Vásquez estaba desaparecido.

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"Me duele tanto su muerte y al mismo tiempo me consuela porque no sentí nada de tristeza ese día, él no quiso hacerme sufrir. Cuando me di cuenta que estaba desaparecido abrí la Biblia en el Salmo 91 (...), encendí una vela y alegre la luz se partía en dos, y yo decía: mi hijo está con vida. No me quiso dar una señal para que no me pusiera triste", expresó la señora.

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La madre del religiosa contó que fue delegada de la Palabra de Dios y pidió a los hondureños y sobre todo a las familias de los sacerdotes, que oren porque "estos son momentos bien difíciles".

El padre Quique era un hijo de Dios, pero "era débil. ¿No sé por qué era débil?, expresó su progenitora.

El sacerdote fue trasladado de San Pedro Sula a Santa Cruz de Yojoa, Cortés, de donde era originario y será el lugar donde descansará en paz. Su sepelio sería el sábado 5 de marzo.

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