El obispo de la Diócesis de San Pedro Sula, Cortés, norte de Honduras, Ángel Garachana, hizo un pedido a las autoridades gubernamentales tras la muerte del sacerdote Enrique Vásquez, un caso que tiene conmocionado a toda la nación.

"Pido a nuestras autoridades que la seguridad ciudadana sea una de las prioridades en su gobierno", instó monseñor Garachana en un mensaje al pueblo hondureño que tituló "Me duele el alma".

El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras reaccionó muy consternado después que le tocó identificar el cadáver del padre Vásquez en Medicina Forense de San Pedro Sula.

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"Una vez más la sangre empapa nuestra tierra, y esta vez me afecta de una manera mucho más cercana por tratarse de un sacerdote de la Diócesis de San Pedro Sula a quien yo ordené y acompañé", dijo Garachana.

"Me duelen todas las muertes, pero esta de una manera mas honda y entrañable", agregó el obispo muy tocado por el crimen de el servidor de Dios.

Monseñor Ángel Garachana agradeció las muestras de solidaridad que le han expresado y al mismo tiempo extendió su afecto a la madre y demás familiares del padre Enrique Vásquez.

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A su vez hizo un llamado a las familias hondureñas, a los que dirigen en escuelas y colegios, incluso a la misma Iglesia, para que eduquen a los niños, adolescentes y jóvenes en una cultura del respeto a la vida y de la paz y que "el sueño de una Honduras mejor se haga realidad".

Muerte del padre Quique

El padre Enrique Vásquez, párroco de la iglesia San José del conflictivo barrio Medina de San Pedro Sula, fue asesinado de seis balazos en Morazán, Yoro, el miércoles 2 de marzo, mismo días que se reportó su desaparición.

La Policía Nacional en conjunto con la Fiscalía y la ATIC investigan el caso y prometen dar con los responsables de la muerte violenta del religioso.

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