Este viernes 13 de enero de 2023 inician en San Pedro Sula, Cortés, norte de Honduras, los operativos de inspección en negocios nocturnos para evitar la contaminación auditiva, anunció ayer el alcalde Roberto Contreras.

"Iniciamos los operativos con el sonómetro en los establecimientos nocturnos, no con el objetivo de afectar los emprendimientos, sino con el propósito de orientarlos respecto al nivel de sonido que deben operar", dijo el edil sampedrano en su cuenta de Twitter.

Para tal efecto, Contreras anunció el uso de sonómetros, aparatos electrónicos con los que medirán el volumen del sonido en los negocios para constatar que no excedan de los límites establecidos.

Dicha medida fue socializada el jueves 12 de enero por parte del alcalde sampedrano con los propietarios de negocios nocturnos de aquella ciudad.

"Lo que estamos haciendo es orientándolos, no estamos aplicando multas. Lo que queremos es orientarlos a ellos (negocios) porque no conocen la Ley y tampoco saben la cantidad de decibeles con la cuál deben operar", expuso Contreras.

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Niveles de volumen permitidos

Los decibeles son los medidas de sensación de sonido utilizados para medir la capacidad del oído humano para soportar cargas auditivas.

De esta manera, el oído humano soporta alrededor de 85 a 90 decibeles de sonido.

Por ello, el alcalde detalló que el nivel máximo en pico de sonido dentro de bares o restaurantes debe ser de 75 decibeles.

Asimismo, en zonas residenciales debe ser un máximo de 65 decibeles de día y 55 de noche, según las normas municipales de aquella ciudad.

De igual manera, Contreras aclaró que los restaurantes con derecho a vender bebidas alcohólicas no es un bar ni discotecas, por lo que no pueden realizar conciertos ni eventos con alto volumen de sonido.

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Denuncias

Por otra parte, el edil apuntó que la alcaldía sampedrana ha recibido unas 17 denuncias contra establecimientos que presuntamente han violado las normas de convivencia.

El martes 9 de enero, la propietaria de un negocio de comida mexicana en aquella ciudad se encadenó de pies y manos como protesta por el cierre de su establecimiento, luego de que vecinos de establecimiento denunciaran que en el mismo funciona una bar que genera contaminación auditiva.

"Me dijo que mi restaurante era un burdel, pero yo quiero que el nos compruebe con todas las personas desempleadas de mi local, y nos cerró sin ninguna evidencia", dijo la comerciante.

Sin embargo, Roberto Contreras desmintió que el local fuera un restaurante de comida mexicana, sino un bar y afirmó que "nuestra administración jamás va en contra de los emprendedores, al contario los apoyamos".

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