Centenares de personas de la comunidad de Agua Azul Sierra en Santa Cruz de Yojoa, Cortés, al norte de Honduras, dieron el sábado (05.03.2022) el último adiós al sacerdote Enrique Vásquez.
Los restos del padre Vásquez eran acompañados en caravana al cementerio local en medio de llantos, alabanzas al Señor y el dolor por la forma en que le arrebataron la vida.
Vásquez se convirtió en una víctima más de la violencia en Honduras. Desconocidos lo asesinaron a balazos el 3 de marzo, justo el Miércoles de Ceniza que marca el inicio de la Cuaresma y que no pudo celebrar el rito religioso.
Hoy su madre, familiares, amigos, sus hermanos sacerdotes y feligreses de varias comunidades se despidieron del padre Quique, como lo llamaban cariñosamente.
Al padre Quique lo encontraron muerto a la altura del puente La Regina de Morazán, Yoro, el 2 de marzo, mismo día que su familia y miembros de la iglesia reportaron su desaparición.
Su cadáver lo ingresaron como desconocido en Medicina Forense de San Pedro Sula, pero fue hasta el 3 de marzo que el Obispo Ángel Garachana lo identificó en la morgue.
Las autoridades policiales aseguran que ya tienen avances sobre la investigación de la muerte del padre Enrique Vásquez y que en los próximos días darán a conocer resultados.
La Iglesia Católica de Costa Rica expresó su solidaridad con Monseñor Garachana, la familia del padre Quique y la feligresía católica de Honduras por la muerte inesperada del predicador de Dios.
