Ya sea que pasen sus descansos descansando junto a una piscina bebiendo piñas coladas, haciendo algo más activo o aventurero, o incluso pasando unas vacaciones en casa, vacacionar beneficia a su mente, cuerpo y alma.

Mente

Cuando está abrumado por el trabajo, el impacto cognitivo puede incluir fatiga cognitiva, dificultad para concentrarse, olvidos y deterioro de la capacidad para resolver problemas, entre varios otros efectos.

Tomarse unas vacaciones brinda mayores oportunidades para descansar y dormir mejor (tanto en cantidad como en calidad), lo que puede ayudar a despejar su mente para crear más espacio mental.

Despejar su mente le permite pensar con más claridad y aumenta la creatividad. Durante las vacaciones, esto puede suceder en formas grandes y pequeñas. La investigación muestra que simplemente dar un paseo (incluso si está dentro de una caminadora) aumenta significativamente la creatividad.

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Cuerpo

Las presiones laborales diarias pueden provocar niveles elevados de las hormonas del estrés, cortisol y epinefrina, similares a si sintiera que esté en peligro físico.

Un aumento de las hormonas del estrés tiene el efecto de suprimir el sistema inmunológico para que el cuerpo pueda canalizar su energía para huir de (o luchar contra) un inexistente tigre dientes de sable.

Relajarse durante las vacaciones puede reducir los niveles de estas hormonas del estrés y permitir que su sistema inmunológico se recupere, haciéndolo menos propenso a enfermarse.

Por el contrario, si las hormonas del estrés permanecen crónicamente elevadas debido a la falta de descanso y tiempo de recuperación, como resultado de posponer o renunciar a las vacaciones, será más susceptible no sólo a los resfriados o la gripe, sino también vulnerable a largo plazo a enfermedades más graves (como enfermedades cardíacas o cáncer).

Alma

Si bien los beneficios físicos y mentales de las vacaciones se han promocionado con frecuencia, lo que se discute con menos frecuencia es cómo las vacaciones pueden impactarnos en un nivel más profundo y espiritual.

Nuestra alma es nuestra esencia espiritual (es lo que realmente somos en esencia) antes de que nuestras familias, amigos, trabajos y la sociedad nos inundaran con mensajes sobre quiénes deberíamos ser.

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Cuando se toma un tiempo fuera del trabajo para irse de vacaciones, suponiendo que pueda desconectarse en su mayor parte, este descanso puede permitirle desconectarse de gran parte de este ruido externo y volver a sintonizarse con su verdadero yo.

Cuando la gente habla de su “lugar feliz”, suele ser un lugar que les permite dejar de lado las presiones diarias y reconectarse con ellos mismos a nivel del alma. Es aquí donde puede expresar sus valores sin trabas, ya sea aventura, aprendizaje o belleza, y hacer cosas que le traigan alegría.

Si bien suena tonto, las respuestas a las grandes preguntas de la vida, como "¿Qué es lo que realmente quiero?" o "¿Qué es lo más importante para mí?", es más probable que vengan a nosotros cuando hay algo de espacio y quietud.

Mejoramos escuchando nuestra voz interior, y podemos perfeccionar nuestra intuición. Tenga en cuenta que este espacio tranquilo puede resultar extremadamente incómodo para las personas ansiosas de alto rendimiento, a quienes normalmente les resulta difícil permanecer quietos y no "hacer".

Sin embargo, es precisamente este espacio que tenemos durante las vacaciones el que ofrece la oportunidad de aprovechar nuestro auténtico yo.

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